domingo, 9 de septiembre de 2012

Nuevo libro sobre Manatí


 


 

Breves notas para el público en la presentación de mi libro: La fundación de Manatí y otras manatieñadas histórico-culturales, en la noche del 6 de septiembre de 2012 en el Centro Cultural José S. Alegría


 

Buenas noches, dama y caballeros:

Gracias por su presencia. Expreso mi agradecimiento a las instituciones auspiciadoras y personas encargadas, y dejo consignado mi sentir emocionado ante las excesivamente generosas palabras de quienes me precedieron en el podio.

Un primer dato curioso y desconocido. Durante la década de los años treinta del siglo XVIII, en los años de consolidación y fundación final del pueblo, y según documento inédito del Archivo de Indias que se publica en el libro, a Manatí se le conoció como el pueblo de San Matías, tanto o más que por el pueblo de Nuestra Señora de la Candelaria. Ya más adelantado el siglo, y hasta el presente, nos es más familiar la segunda denominación. El San Matías desaparece del imaginario público y no es sino hasta recientemente que se le ha rescatado: y ello, sin suficiente reconocimiento todavía. El documento que se incluye en el libro se firma así: "San Mathias junio 2 del 1735". Realidades desconocidas como éstas son las que deben poner en alerta al historiador que no se conforma con lo divulgado y repetido secularmente. Por más secretos que se descubran, más quedan por desempolvar, como tarea para él y sus sucesores. Así es la historia de Manatí, llena de secretos y complejidades, desde sus orígenes más remotos en los tiempos de los llamados indios, hasta el presente.

Con el ensayo que le da el título principal al libro, me he acercado a esta estrategia revisionista, examinando lo conocido sobre el tema, aportando sobre lo ya establecido por otros colegas, y señalando las áreas que deberán provocar otras búsquedas.

Pero no ha sido esta aventura investigativa la única motivación. Otras avenidas se me revelaron. Investigué además mi memoria; investigué mi archivo/biblioteca; investigué parte de la vida y obra de otros Creadores Manatieños. De esa conjunción del tema inicial que me motivó (un nuevo estudio sobre la fundación de Manatí) y los demás ejercicios que acabo de mencionar, surgió esta publicación. Pienso que es una pieza peculiar por sus características específicas, y no abundante en nuestra historiografía municipal. A mí me ha gustado la variedad temática, y la diversidad de voces y temas que discurren en diferentes épocas históricas de Manatí. Desde los tiempos indígenas hasta el origen de estos Encuentros de Creadores Manatieños; desde los periódicos, comercios, calles, gente y problemas sociales, económicos y políticos del siglo XIX hasta comienzos del XX; los recuerdos y el decir del proceso de socialización de algunos de nosotros, con seriedad, sobriedad y, también, con picardía y humor respetuosos y de buen gusto; hasta viajes literarios e imaginativos por la bella geografía y lugares icónicos del pueblo.

El libro no es una historia larga, narrativa, pesada, tradicional y discursiva, sino un acercamiento de diversidades escénicas, breve, sencillo, de una variedad de instancias y temas expuestos en su mayoría por quien habla, y enriquecido por los aportes de otros colegas y amigos conocedores. Lo interesante, me parece, es que aunque no se esté hablando de cada uno de ustedes, cosa imposible, obviamente, se dibujan muchos escenarios en los cuales ustedes fueron, son y siguen siendo protagonistas. Lo que escribo sobre mis memorias de cómo me crié y formé en el pueblo son las mías, pero fueron el ambiente de las de cada uno de ustedes, con sus variantes vitales. Lo que dice Pepe Morales sobre sus vivencias y movimientos profesionales, son los mismos de ustedes, con los matices propios de su experiencia individual; lo que recoge el Pibe del Valle a modo de apodos de manatieños, los provoca a recordar muchos otros que ustedes conocen para ampliar el repertorio; lo que aportan Germán Laureano, Pedro Juan Ávila, Raúl Iturrino y Carlos Ayes los ubica a todos en la geografía cultural que conocen o que querrán conocer mejor. En este sentido el libro parece un aperitivo que abre mucho el apetito por curiosear, hacer preguntas, quedarse con las ganas de saber más de tantas otras cosas. Se trata, en fin de una entrega inicial de algunas de las muchísimas manatieñadas culturales adicionales que esperan ser rescatadas.

Un proyecto interesante que se me ocurrió en el proceso de preparación de este trabajo, relacionado con la idea del libro como aperitivo, se puede resumir así: este es un libro que no está terminado, que debería seguir creciendo con ediciones sucesivas, en las que se mejoren los escritos originales y se vayan incorporando nuevos hallazgos investigativos, piezas ensayísticas, memorias, exposiciones e interpretaciones de la geografía cultural del pueblo. Deberían reflejarse más instancias de la vitalidad cultural contemporánea, y el aporte en ellas de las juventudes manatieñas.. Nuevas voces, temas, espacios históricos, memorias, remembranzas y las palpitaciones cotidianas del pueblo común y sencillo, deberán seguir poblando esto que podríamos llamar un libro en formación que nunca termina. ¿Qué les parece? Ningún pueblo de Puerto Rico tendría un instrumento histórico-cultural de tal magnitud, hecho y puesto al día consecuentemente por su propia gente, palpitando con entusiasmo y orgullo atenienses.

Reitero otra vez mi agradecimiento a tantas personas que han hecho posible la fiesta cultural de esta noche, a los colegas que han compartido la presentación conmigo y, muy especialmente al editor de la obra, Don José Carvajal, cultor irreductible del libro puertorriqueño.


 

Muchas gracias

Carmelo Rosario Natal, Ph.D.

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